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MITOLOGÍAS DEL ESPACIO


Amadeo Jacohinde


El tráfico estaba atorado y yo cansado. Tuve que rodear al sur de la Galaxia y cruzar 34 estaciones planetarias a toda velocidad y eludir dos patrullas para llegar corriendo a la Junta de Reporte Demográfico, sudando de nervios, solo para escuchar que no había nada relevante en todos mis datos recopilados. Es decir 95 años de exploración en vano.

-¿Y de la Tierra, ya tenemos una decisión?

-¿De dónde? -me preguntó el supervisor, arqueando las cejas mientras sus dedos comenzaban a escribir en el Mini-Procesador.

-Perdón: del planeta #273 de la Región Media Segunda, distrito F97.

-Un momento.

Tecleó un poco más y entonces me miró con una sonrisa despreocupada:

-Ya está buscando los datos. Pero tengo la curiosidad: ¿por qué le interesa este planeta, muchacho?

-¿La Tierra? Me interesa porque fue mi primer objeto de estudio en el Colegio, señor. Empecé a estudiarlos casi tan pronto como fue descubierto el planeta hace mil años, ellos apenas inventaban la pólvora y empezaban a construir grandes barcos; la última vez que pregunté ya eran una civilización global con tecnologías primitivas de navegación espacial.

-Puede que tenga futuro, entonces.

-Algo así. Siempre he creído que sí, aunque…

Se escuchó el timbre del Mini-Procesador y guardé silencio con emoción.

-Tiene razón, muchacho, es un planeta con futuro. Mucho futuro. Su tecnología espacial ya no es tan primitiva, tienen estaciones en todo su sistema solar y en varias estrellas aledañas. Tienes buen ojo para esto, pues la Confederación ya incluyó el planeta en la Lista de Civilizaciones Pre-Galácticas.

-¿Eso significa que ya han colonizado otros planetas?

-No. Apenas entraron a la lista: han logrado modificar las atmósferas de planetas inhóspitos para habitarlos, pero aún no llegan tan lejos como para encontrar otras civilizaciones pre-galácticas. Ni siquiera han llegado a un planeta con vida animal, aunque no les falta mucho.

-Lo lograron -dije con orgullo y entusiasmo.

-No sabemos todavía.

-¿Cómo que no sabemos? ¿Qué más puede pasarles?

-Demasiadas cosas, joven. ¿Acaso no sabe usted lo difícil que es sobrevivir en este Universo? ¿No ha visto suficiente a lo largo de sus casi tres mil años de vida? De todos los planetas que logran desarrollar vida, muy, pero muy pocos producen vida inteligente. De todos esos planetas inteligentes, la gran mayoría provoca su propia destrucción antes de salir al espacio. Y de los pocos que logran salir a las estrellas, son muchos menos los que llegan a ser civilizaciones galácticas. La enorme mayoría solo duran 20 o 30 mil años antes de provocar su propia extinción. No todos valen la pena. Pocos tienen un futuro entre las grandes sociedades del espacio.

-Como nosotros.

-Nosotros estamos en un proceso del cual acaso no salgamos vivos. De las miles de civilizaciones galácticas que produce el Universo, menos de diez llegarán a la fase intergaláctica. Es una competencia brutal, muchacho, esto nunca termina. Y ten en cuenta que no somos la única civilización buscando el control de esta Galaxia: somos casi cincuenta civilizaciones galácticas y varias de ellas son famosas por la costumbre de destruir planetas emergentes.

-Entonces, ¿a nosotros nos conviene que sobrevivan?

-¡Claro! Nosotros ya pasamos las primeras fases, muchacho, hace mucho tiempo. No quiero ser demasiado optimista, pero es probable que ya no tengamos competencia en este punto. En la Tierra hay un buen ejemplo: los humanos están rodeados de especies animales con niveles considerables de inteligencia, pero incluso las especies más cercanas a su inteligencia están demasiado lejos de formar culturas y sociedades como los humanos. Así en nuestra galaxia: incluso las civilizaciones más avanzadas están muy lejos de nosotros, tanto que ni siquiera sus lenguajes podrían describir ni entender nuestra tecnología ni nuestros modos de vida. Unos ya quieren "viajar en el tiempo" pero aún no tienen las palabras que se necesitan. En esta galaxia, al menos, tenemos el juego ganado desde hace casi un millón de años.

”Solo hay cinco, acaso siete civilizaciones cerca de nuestro tamaño y poder en la Galaxia, y somos mucho más grandes que cualquiera. En algún punto tendrán que integrarse a nosotros o pagar el precio. Y créeme que costó mucho llegar aquí, tanta brutalidad.

-¿Aniquilar otras civilizaciones?

-Por completo. Hace siete millones de años, éramos cientos de civilizaciones galácticas. ¿Te imaginas eso? La cantidad de sangre que se derramó por tanto tiempo hasta hace setenta mil años, cuando escribimos el Acuerdo Galáctico que prohibe la aniquilación de otras sociedades humanas.

-Si somos los más grandes de todos los que quedan -dije ensimismado-, entonces fuimos los peores destructores. Somos como el más cruel de todos los monstruos. Somos tan terribles como esos que destruyen planetas emergentes, solo que nosotros llegamos a una dimensión donde se justifica.

-No se justifica nada, muchacho: esto es imperdonable pero inevitable. Como dije, el proceso aún no termina y seguimos en peligro. Esta es una fase tranquila de nuestra Historia, pero en algún momento volveremos al peligro. No seremos la única civilización intergaláctica allá afuera, y algunas de ellas serán más viejas y más grandes, más poderosas que nosotros. Si algún día llegamos a ser una Civilización Cósmica (o la única y “Suprema”) no solo nos tomará millones de años: también es posible que no valga la pena pagar el precio. Pero igual vamos a intentarlo.

-Entonces… ¿cuánto tiempo tendremos que esperar para contactar a los humanos de la Tierra? ¿O eso ni siquiera está dentro de la agenda?

El supervisor rio antes de responder:

-Claro que está en la agenda. Nuestro método consiste en proteger nuevas civilizaciones inteligentes para integrarlas a nuestro territorio: solo toma como 200 años, desde las primeras apariciones hasta la normalización y la llegada de las primeras naves. Es lento pero casi siempre funciona.

-¿Casi siempre?

-Está el riesgo de que nuestra realidad sea tan abrumadora para ellos que no puedan adaptarse y entonces las cosas se ponen terribles. Cuando esto pasa les llamamos “especies terminales” porque siempre tratan de volver a su planeta y a sus previas realidades, pero en menos de dos mil años todos han muerto. Es inevitable la extinción. Casi nunca pasa, y cuando pasa es solo con especies humanas que solo viven 500 o 700 años: es obvio que no podrán acoplarse a nosotros, que vivimos casi 4 mil. Sin embargo no creo que la Tierra tenga ese problema, como te digo no es algo usual.

-¿Pero hay una fecha para establecer contacto? ¿O cómo funciona eso de integrarlos?

-Espera -dijo el supervisor, mirando estupeacto su pantalla-… No entiendo, es imposible…

-¿Qué cosa?

Me miró a los ojos y respondió:

-Viven menos de… ¿cien años?

Clavó de nuevo su mirada en la pantalla y movía los dedos tecleando con impaciencia y confusión. De pronto su voz tenía un nivel mucho más bajo, casi murmurando:

-Los humanos de la Tierra. Solo viven entre sesenta y... noventa años

-Debe ser un error.

-No lo es. Ya volví a correr el programa tres veces y me da la misma información. Una especie inteligente cuyos individuos viven tan solo unas décadas. Solo tienen dos etapas de vida: la infancia y la adultez. Algunos, sobre todo los últimos siglos, tienen una tercera etapa en medio, es decir la adolescencia, pero solo les dura unos 10 años y a nosotros nos toma casi 40.

-¿Cómo es posible? -dije.

-¿Será porque tenemos más tiempo, y ellos más prisa? No sé. Pero si esto es verdad, entonces son una especie donde cada persona es educada por sus padres directos. ¡Los padres educando a sus propios hijos! ¿Puedes creer tal irresponsabilidad? ¿Quién puede educar bien a otro ser humano antes de la quinta etapa de vida, es decir al menos doscientos años? Suena a un mundo donde los niños son educados y protegidos por otros niños, igual o menos preparados que ellos para la vida humana.

-Exacto. En menos de ciento veinte años, ¿quién puede empezar a pensar con claridad? Nosotros tenemos de 70 a 77 etapas de vida, ¿cómo se puede vivir una historia humana en sólo tres fases? Acaso viven tantas fases como nosotros pero están comprimidas en menos de cien años, ¿pero es posible? ¿O será que solo unos pocos “afortunados”, de esos que nacen cada 500 años, tienen la capacidad de vivir más de cincuenta fases de vida humana en menos de cien años y los demás solo han tenido la fortuna de obedecer, imitar y disfrutar la civilización que han construido esos pocos “genios” accidentales? Pero no, ¡no! Eso es muy fantasioso. Debe haber un error ahí. No es factible.

-No hay ningún error. Y sé que no es factible según los parámetros de lo que conocemos, pero si la antigua leyenda de un “Planeta Prodigio” resulta ser cierta y ellos son ese planeta, entonces es factible.

-¿Cuál planeta prodigio?

-Solía hablarse antes de una posible Civilización Suprema en la historia del Universo, destinada a dominar en todas las galaxias; una especie humana que podría avanzar en 10 años lo que al resto nos toma un siglo: un planeta que en mil años aprende lo que a los demás nos toma 50 milenios aprender. Pero siempre fue otra mitología del espacio, una idea que solo existía en la imaginación de planetas pequeños y casi salvajes.

-¿Entonces la Tierra es el planeta prodigio de nuestro Universo?

-¡No!… O no sé. Primero tenemos que corroborar mucha información, verificar que esto sea cierto. ¿Un ser humano que no pueda llegar a los dos siglos? Sí, es posible: ¿pero cómo? En caso de ser cierto, tendremos que establecer contacto con ellos cuanto antes porque no hay riesgo de abrumarlos. Más bien… aquí, yo creo, sería cuestión de preguntarnos…

¿Qué cosa?

-Si nosotros estamos listos para adaptarnos a ellos. Podría destruirnos. ¿Cómo saber si estamos preparados para conocer algo tan insólito y desconocido? Algo primitivo más avanzado que nosotros.

-Intentándolo.

-Exacto: es tan fácil decirlo…


Fin.